La mañana empezaba a las 08:30 hs que tenía lugar la salida desde el Paseo de la Bomba recorriendo 9 Km neutralizados, aunque pronto empezamos a subir con pendiente llevaderas los tres junticos.
En poco tiempo la carretera fue aumentado su desnivel lo que hizo que Diego pusiera un ritmo más fuerte que hizo mella en Raúl y yo seguía duras penas durante unos kilómetros. Poco a poco Diego iba dejando rivales atrás con un gran pedaleo a ritmo y anuque tuvo que parar a repostar agua (la próxima vez llena los bidones antes de salir......... ja,ja,ja) no le impidió hacer una magnífica ascensión, logrando un tiempo de 3:10 que le auparían al puesto 156 de la clasificación. Desde aquí quiero agradecer a Diego sus ánimos y el haberme metido el gusanillo del ciclismo, siendo todo un ejemplo a seguir, gran compañero y mejor persona. Grande amigo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Por su parte, Raúl hizo una sufrida aunque no menos meritoria etapa.
Desde el primer momento puso ritmo llevadero que le permitió ir ascendiendo con tranquilidad hasta que las fuerzas le acompañaron,
logrando hacer el 80% de la subida,ya que pasó Pradollano y llegando hasta el observatorio militar, tan sólo le faltaron unos 10 kilómetros,
una bestialidad para quien lleva tantos meses de inactivadad. Ánimo compañero, habrá que ponerse en forma para ir a Elche.
Al final te saliste con la tuya............. he caido en la carretera.
Por mi parte, logré ponerme a rueda de Diego unos kilómetros, sin perder mi cadencia. Cuando se me escapó continué con mi ritmo, bastante alegre y cómodo, puesto que iba adelantando a bastantes corredores (me subió la adrenalina hasta las pestañas) me fuí dosificando bastante bien, hidratándome y comiendo adecuadamente. En el primer avituallamiento paré para hacer mi necesidades (que entre los nervios y lo bebido apretaban) pero estuve rápido y continué la marcha dentro de un grupo de unos 8 o 10 corredores que alcancé antes del segundo avituallamiento. Esta vez no paré y ya hice la ascensión en solitario............ aquí empezó mi calvario, a falta de unos 8 Km empezó a soplar un fuerte viento que me hacía perder la pedalada y el ritmo, pero iban pasando los kms. No fue hasta los tres últimos kms cuando perdí todas las fuerzas, los metros se hacían interminables y cada vez más tiraba de riñones, espalda y todos los recursos físicos que podía. Las culebrillas (como dice el amigo Diego) a punto de convertirse en calambres y por fin la meta, y con ella una sensación de haber tocado el cielo, de haber logrado un reto que para mí era impensable tan sólo hace unos meses y que no podría expresarla con palabras. Por todo ello me gustaría despedirme dedicando esta subida a mis hijos Adrián y Paco, por darme la fuerza del futuro; a mi mujer Elisa y mis padres Paco e Isabel, por estar siempre ahí; y a los que me habéis enganchado a la bici Perico y Diego.
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