miércoles, 24 de agosto de 2011

CONVIERTE TUS RUEDAS CONVENCIONALES EN TUBULESS


PASO 1:

Limpiamos con un paño humedecido en alcohol el interior de la llanta para dejarlo libre de suciedad y grasa y así asegurarnos una optima colocación del fondo de llanta
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TRUCO: La llanta de la foto viene lista para este proceso, pero en una llanta no UST, no está de más pasar una lija fina para eliminar las rebarbas de los radios y asegurarnos de que el fondo de llanta se adaptará perfectamente
Colocamos el fondo de llanta con cuidado, bien centrado y estirado para cerrar todos los posibles resquicios que tenga el aire para escaparse por las cabecillas de los radios. Dos vueltas de cinta serán lo apropiado para asegurarnos una buena acción
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TRUCO: Resulta muy importante que el ancho de la cinta sea el de la garganta de la llanta; si utilizamos una cinta comercial de embalaje reforzada por fibra de vidrio o nylon lo podemos conseguir cortándola al ancho requerido
Comprobamos el aspecto de las ruedas, que una vez colocado el fondo de llanta, están listas para seguir con el proceso.
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Con un cutter o un punzón, practicamos un agujero en el fondo de llanta por el que se mete la válvula. Si no es un modelo comercial específico, debemos elegir una válvula que tenga rosca hasta su base, a fin de poder colocar una arandela para fijarla firmemente con la llanta.
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TRUCO: Este es un punto habitual de fugas de aire; para evitarlo podemos recurrir a colocar unas juntas de goma entre la válvula y la llanta y entre ésta y el tornillo exterior, o incluso empapar la base de la válvula con un poco de líquido sellante para asegurarnos una perfecta estanqueidad.

Otra forma de evitar las fugas de aire aqui es optar por un kit comercial de tranformación a tubeless; muchos vienen con una válvula con fondo de llanta de goma, que se coloca por encima de la cinta y se adapta a la perfección a los bordes de la llanta.
Introducimos el primer flanco de la cubierta en la llanta. Es el momento de poner en el fondo de la cubierta el líquido sellante; aproximadamente 60 ml en principio deberían bastar.

Con cuidado de no derramar el líquido, introducimos el segundo flanco de la cubierta. Mejor a mano, a fin de no sobreestirar o incluso dañar esta zona.
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TRUCO: Resulta interesante hacerse con una jeringa grande para controlar con precisión la cantidad de líquido a introducir; en el futuro, también nos ayudará para controlar las recargas si las queremos hacer sin destalonar la cubierta, inyectando directamente a través de la misma.

Para que resulte más fácil meter el segundo flanco, nos cuidaremos de empujar el flanco que ya está dentro al centro de la llanta, donde ésta es más profunda.


Una vez colocada la cubierta, es una buena práctica pulverizar una solución jabonosa por su parte externa; nos ayudará a conseguir que se solidaricen llanta y cubierta y, una vez se seque el jabón, ayudará a mantener esa unión.
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Cogemos el compresor y… aplicamos aire con decisión. La cubierta se encajará en la llanta con una presión elevada. Ese momento será reconocible por un sonoro 'plop' que avisa de ello y que la primera vez que lo oímos asusta un poco.
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TRUCO: Hay que tener un poco de paciencia, porque a veces las cubiertas están deformadas o secas y les cuesta coger la forma de la llanta. Mientras introducimos aire con el compresor, podemos girar despacio la rueda, a la vez que colocamos la cubierta con la mano para ayudar en la tarea.
Es muy posible que observemos que el líquido 'se sale' en múltiples puntos de la cubierta, como ocurre en el modelo de la imagen. Lo que está haciendo es comenzar a tapar los poros que encuentra en la misma y seguramente encontrará 'unos cuantos'.
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Una vez conseguido el encaje, debemos coger la rueda en el aire y moverla agitándola en todos los sentidos, a fin de que el líquido sellante se reparta bien por el interior de la cubierta y pueda así tapar todas las posibles vías de salida del aire, que seguro son más de las visibles.

Para llegar a este paso, hemos de hinchar a una presión alta, cercana a la máxima que admita el fabricante y que viene indicada en la cubierta. Pues bien, dejamos esta presión alrededor de 12 horas antes de bajarla a nuestra presión de rodaje preferida, teniendo en cuenta que a partir de ahora ya podremos rodar con presiones más bajas propias de un tubeless, sin miedo a un pinchazo por golpe con la llanta. De los otros pinchazos, los habituales, también nos olvidaremos por una buena temporada. Garantizado.
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TRUCO: A veces a la primera intentona, el aire se escapa casi instantáneamente. Repetiremos la acción, y quizás en un par de ocasiones estará listo.

El resultado será óptimo si durante esas horas de reposo se pueden dar unas vueltas a las ruedas en el aire; de este modo, el líquido se repartirá de forma perfecta.

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